Compartimos con ustedes el editorial del único periódico vespertino que nos queda, El Nacional, y que trata sobre la criminalidad y la violencia en nuestro país.
Las estadísticas oficiales suelen señalar que la mayoría de los homicidios ocurren por “conflictos sociales”, no por hechos delictivos, como la divulgada por el ministro de la Presidencia, de que en enero se produjeron 11.37 crímenes por cada 100 mil habitantes, en comparación con 2023, cuando la cifra fue de 11.60.
Resulta muy difícil poder encajar en esos fríos informes, la muerte de la niña Kylie Naomi Rosa Alcántara, con tan solo nueve años, impactada por un balazo en la cabeza disparado por antisociales durante un atraco en la intercepción de las avenidas Máximo Gómez y Nicolás de Ovando.
Es muy posible que el próximo resumen sobre muertes violentas que divulgue el licenciado Joel Sánchez reitere la tendencia a la baja de los decesos vinculados con la delincuencia y la criminalidad, confrontado quizás con un incremento de los relacionados con conflictos sociales.
Son muchos los casos de asesinatos u homicidios perpetrados durante atracos, asaltos o ejecuciones a manos de sicarios, pero siempre esas cifras serán menores si se compara con los feminicidos o los que se producen a causa de riñas u otros motivos que en las estadísticas figuran como conflictos sociales.
La niña Kylie Naomi, quien retornaba a su hogar en el vehículo guiado por su madre, Kerlin Alcántara, ha consternado a la sociedad dominicana a tal grado que esa tragedia no compaginaría en los informes oficiales que matizan una reducción de la criminalidad.
No parece prudente comparar asesinatos con homicidios con la finalidad de dibujar una baja en los hechos delictivos.
Lo sensato sería que las autoridades abordaran delincuencia y criminalidad como flagelos que atormentan a la sociedad en sus vertientes de asaltos, atracos, violaciones, sicariato,s, narcotráficos y crímenes conexos.
Los homicidios que se producen por “conflictos sociales” también marcan una tendencia de violencia y criminalidad que debería abordarse sin intención de presentarlos como males menores, más aun si el 58 % de los homicidios registrados a febrero de este año fueron por esa causa.
Las autoridades deberían recomponer su laboratorio estadístico sobre cifras de homicidios, porque los asesinatos, como el de la niña Kylie Naomi perpetrados durante hechos delictivos indican que la delincuencia y la criminalidad siguen en auge.
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