¡Yahvéh, Dios, Alá!

El nombre pudiera ser lo menos importante ya que lo que cuenta es la fe y adoración que le tengas y sobre todo la forma de seguir sus mandamientos para vivir en hermandad, queriendo al prójimo como a ti mismo.
En la Edad Media europea, las cruzadas eran una especie de campañas militares impulsadas por el papa en contra de los musulmanes que habían conquistado la Tierra Santa, Jerusalén, quienes combatían contra ellos eran los cristianos.
Ha pasado mucho tiempo y ha habido siempre situaciones conflictivas entre seguidores religiosos de diferentes ordenes, en nombre del Santo sobre todos los Santos, se ha producido muerte y luto, cuando lo que proclama el Divino es amor y vida.
Lo que está aconteciendo en todo el mundo es realmente una pesadilla, no pasa una semana en la que no tengamos noticias de matanzas espeluznantes en nombre de un Ser Superior que no quiere eso y que ha prometido la vida eterna, pero no lograda de esa forma.
Ayer fue en Londres, hoy no sabemos dónde será, pero deseamos que no sea, el hombre se ha desquiciado y no ha entendido el mensaje que ha quedado desde la creación, ojalá volvamos los ojos y arreglemos nuestras mentes para vivir en paz como hermanos adorando a ¡Yahveh, Dios, Alá!