Hoy compartimos con ustedes el editorial del vespertino El Nacional que habla sobre la situación económica del Gobierno y del país.
La reducción en el primer cuatrimestre de 2025 de la inversión pública o de capital en un 29 % y el incremento en más de un 210 % del financiamiento neto del Gobierno, representan una fórmula letal para la economía que debería ser revertida cuanto antes.
El endeudamiento público pasó de RD$54,589.4 millones en abril de 2024 a RD$169,413.1 millones para el mismo periodo de este año, con un aumento del 3.6 % en los gastos corrientes y de 5.4 % en el servicio de la deuda, según reporte de la Dirección General de Presupuesto (Digepres).
Incremento del gasto corriente, reducción de la inversión pública (29.5 %) y alza del 5.4 % en el servicio de la deuda, representa un brebaje incompatible con la meta de expansión de la economía para finales de este año, en torno a 4.5 % del Producto Interno Bruto (PIB).
La inversión de capital constituye herramienta básica en la promoción de desarrollo o distribución del crecimiento económico, por lo que preocupa que ese renglón quede empantanado alrededor del 2,2 % del PIB, con el agravante de que el gasto corriente aumenta en proporciones ya alarmantes.
Durante los primeros cuatro meses de este año las inversiones en infraestructura, equipamiento y otros activos duraderos cayeron de RD$50,281.1 millones a RD$35,463.1, en comparación con 2024, lo que indica que disminuyeron en términos absolutos en RD$14,800 millones.
El Gobierno no debería conformarse con el lauro de sostener el crecimiento de la economía alrededor del 5.0 %, como ha sido, con ligeras excepciones, durante decenios, sin asumir valientes políticas públicas que promuevan justa redistribución del ingreso público.
Para garantizar consolidación y resiliencia macroeconómica se requiere crear un ancho puente entre el crecimiento económico y el desarrollo social, lo que se lograría con el incremento de los ingresos públicos y de la inversión de capital, así como la reducción del gasto corriente y del endeudamiento público.
Las estadísticas sobre el comportamiento de esos indicadores económicos durante el primer cuatrimestre de 2025 apuntan a que la economía marcha en vía contraria y que se requiere un cambio de rumbo antes de llegar a un inesperado despeñadero.
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