¡Se veía venir!

Esta confrontación verbal entre el Presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Poder Judicial y el Procurador General de la República era, como dice el libro de García Márquez, la crónica de un enfrentamiento anunciado.

Hace tiempo que estamos mirando descargos que son considerados vergonzosos, regularmente realizados por “jueces sustitutos” sobre todo, relacionados con narcotraficantes, y la respuesta siempre ha sido la misma: que los expedientes han sido mal instrumentados.

El Ministerio Público que es el estamento encargado para eso ha alegado lo contrario y en cambio ha dicho que ha sido venalidad de la justicia y seguimos montados en el mismo burro: que tú me tiras las cajas y yo te tiro los cajones.

La situación de ahora se ha agravado porque envuelve un fuerte componente político que ha disparado la intromisión de mansos y cimarrones y se han escuchado opiniones que pueden considerarse insólitas, porque muchos se aprovechan y hablan por hablar.

¿Le conviene a la sociedad y a la institucionalidad este pugilato entre poderes que deben trabajar unidos? ¡No! Pero algo se debe hacer, porque así no podemos seguir, tal vez, analizar con sinceridad el procedimiento de instrumentación de los expedientes y la conducta de los jueces.

Esto que parece podría profundizarse de Justicia Vs. Procuraduría, ¡se veía venir!