En los años cincuenta, cuando la radio era el medio de comunicación por excelencia hubo un programa que se transmitía en horas de la tarde, en la emisora que en ese entonces tenía el mayor alcance, La Voz Dominicana, la radiodifusora estatal, se llamaba El Suceso de Hoy.
En el mismo se recreaban situaciones lamentables de crímenes pasionales y se daban informaciones policiales, era realmente un programa de extraordinaria audiencia y con la participación de destacados actores para hacer la dramatización del suceso trágico del día.
Cada vez que llega el viernes los trabajadores de todo el mundo cambian la expresión de sus rostros y dicen a viva voz ¡gracias a Dios, es viernes! en el entendido de que termina la semana laboral y llegan dos días de ocio y diversión.
Es en esos fines de semana, cuando por la ingestión de alcohol, se produce la mayoría de accidentes de tránsito, discusiones acaloradas que terminan en tragedias y momentos que luego que pasa la borrachera, avergüenzan a los actores de los mismos.
Hemos iniciado nuestro comentario hablando sobre el programa radial, porque parece ser que la gente piensa que cuando llegan viernes, sábado y domingo no sigue nada más y como decía el conductor de El Suceso de Hoy, la vida no se detiene ¡Prosigue su agitado curso!