¡Por la dominicanidad!

La muerte este 20 de octubre de Oscar de la Renta ícono mundial de la moda nativo de Santo Domingo, sobrino del poeta Fabio Fiallo, y que paseaba su dominicanidad por todos los escenarios en los que presentaba sus colecciones, nos hace sentir orgullosos de tener su misma nacionalidad.

En el día de ayer un periodista dominicano escribió en uno de nuestros  diarios digitales, un artículo titulado ¿Por qué los intelectuales dominicanos odian a su país? Y tan sólo de leer el encabezado nos hicimos la misma pregunta.

Pero la respuesta llegó  nada más de recordar lo que nuestra historia reseña sobre todo lo que pasó y sufrió Juan Pablo Duarte desde el momento mismo de la creación de República Dominicana, ideada por él y ayudado por un grupo de jóvenes de su época.

Ahora que nuestro país está envuelto en un proceso -que ya se considera traumático- de regularización de extranjeros se ha destapado una corriente que propugna más por la situación de esos ilegales, que por la labor que realiza el país y le exigen más.

Hay muchas razones ´para sentirse orgulloso de ser dominicano, pero si vamos a hablar de manera popular podemos decir que para el cine mundial dimos a María Montéz y ahora tenemos a una Zoé Saldaña.

En la música popular Johnny Pacheco y Juan Luis Guerra son estrellas para siempre; en el deporte Juan Marichal, Pedro Martínez y Félix Sánchez han escrito páginas inolvidables en los libros de records mundiales.

Y si a la literatura vamos, Pedro Henríquez Ureña, Juan Bosch y Pedro Mir son glorias eternas. Al morir Oscar de la Renta sentimos un gran pesar porque se va pero a la vez un gran orgullo porque siempre lucho ¡por la dominicanidad!