A pesar de que en marzo del 2012 los Presidentes de RD y de Haití firmaron una serie de acuerdos que transparentarían y formalizarían las relaciones de comercio, amistad y migración, la parte haitiana ha actuado de manera arbitraria y con total desconocimiento de los mismos.
Es claro que cada país está en la obligación de defender a sus productores nacionales y establecer las leyes que regulen el comercio, pero estas deben estar en consonancia con los acuerdos a que arribe con otros países ya que todo en la vida es un camino de doble vía.
Nosotros los dominicanos somos el pueblo que ha resuelto en gran medida las precariedades de la población haitiana, que de manera ilegal cruza la frontera para venir a dar a luz a los hospitales públicos (se invierte en ellas casi un 20% del presupuesto destinado para eso),y ocupan casi la totalidad de los trabajos de la construcción y agrícolas.
Además de que llenan las calles mendigando y hay un gran por ciento de delincuentes cometiendo fechorías en todo el país.
Y a contrapelo de esto, ¿qué hace su Gobierno?, miente, inventando excusas para prohibir exportaciones dominicanas a su territorio y se burla de las autoridades que tienen que tratar el tema, ¿son ellos mejores que nosotros, o tienen más dignidad para defender lo que ellos consideran?
No estamos con la Ley del talión, pero tenemos que responderles con la energía necesaria y que se cumplan las restricciones que como país tiene la Ley de Migración.