¡No es de tu propiedad!

Los asesinatos cometidos por parejas despechadas no son exclusividad de un país determinado, son el resultado de una formación aprendida de años en sociedades creadas por un machismo intransigente que considera a la mujer como un ser para parir y criar, sujeta a la voluntad del hombre.

Siempre ha existido el crimen pasional, el hombre que por celos pierde los sentidos y mata a veces con premeditación y otras veces en un arrebato de locura o de ira, en la mujer también existe pero no en la misma proporción.

La idea de que el hombre es dueño de la mujer con quien se casa viene establecida por aquello de que tan pronto se produce el matrimonio el nombre de la esposa viene acompañada de la preposición “de”, como por ejemplo, fulana de tal.

En algunos países se borra su apellido de soltera y se le pone el del esposo, sin la “de” que establece una supuesta propiedad, esto podría parecer irrelevante, pero en la mentalidad masculina educada bajo esos parámetros y oyendo ciertos argumentos en ese sentido, tiene mucho de razón.

No es que se vayan a terminar los uxoricidios, es decir, los asesinatos de mujeres por parte de sus esposos o ex esposos, pero sería interesante que la mujer al casarse decida si sigue usando su apellido de soltera o adopta el del esposo o se pone el “de”.

Tal vez así vamos cambiando ese concepto de pertenencia que parece favorecer al hombre y vamos poniendo en su mente que por casarse con él, esa mujer ¡no es de su propiedad!