Es una película costumbrista mejicana filmada en el año 1938 que presenta la historia de Chaflán un campesino a quien una compañía petrolera le compró sus tierras porque había petróleo en ellas y aunque no quería hacerlo cedió ante los ruegos de su esposa e hijos.
Como ya tenían mucho dinero, su familia quiso mudarse a la capital donde de inmediato la esposa se dedicó a organizar fiestas y vivir a todo lo ancho gastando el dinero recibido, además de que fueron engañados por esos vivos que siempre están en las grandes ciudades.
Con nuestros jóvenes peloteros está sucediendo algo peor, luego de años de esfuerzos para llegar a conseguir un buen contrato para el béisbol de las Grandes Ligas, se les obnubila la mente y piensan que ya pueden llevarse al mundo por delante.
Pero lo que nunca piensan es que si andan a altas velocidades en uno de esos vehículos, que no todo el mundo puede comprar por su precio exorbitante, lo que encontrarán en lugar del mundo, es una pared, una patana o una curva peligrosa.
En lugar de pensar que ahora tienen todas las condiciones económicas para tener una vida sin sobresaltos, sin pasar penurias, se dedican a hacer cosas que no les convienen para su propia carrera como profesionales del deporte y para su propia vida.
Es mucho el dinero que reciben y son muchas las posibilidades para aumentar su caudal pero en la vida todo tiene un límite y vale más tener sensatez que poseer irreflexivamente ¡los millones de Chaflán!
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