De que nuestro país es muy especial se refleja en muchas facetas tenemos tres Padres de la Patria y dos vírgenes oficiales, una que es la patrona, la de las Mercedes, y otra que es Madre Espiritual y Protectora, la de la Altagracia.
Aunque otros pueblos tienen adoración en otras advocaciones, como por ejemplo Baní, con la virgen de Regla, las mayores preferencias parecen estar centradas en la de la Altagracia, tanto así que de todos los lugares hacen peregrinaciones para llegar a su templo en Higuey.
Cada veintiuno de enero, día feriado y sin trabajo, las autopistas y carreteras del país se ven atestadas de vehículos en dirección a la basílica que guarda su imagen, hay quienes por promesa salen con muchos días de antelación para llegar caminando.
Es tanto el fervor del pueblo por esta virgen que los políticos han usado su nombre para decir que han sido protegidos por ella, como el caso de un Presidente de la República que sufrió un accidente en el helicóptero en que viajaba y dijo que la virgencita lo salvó.
Otros llegan hasta su imagen en Higuey y en actitud piadosa le prometen de todo si son favorecidos en las elecciones, es tanta la devoción, sincera o fingida, que el pueblo con toda la confianza que puede ser posible como la llama es ¡la chiquitica de Higuey!