El 29 de diciembre es el Día Internacional de la Biodiversidad, un concepto que engloba tres niveles: las especies, sus diferentes poblaciones (componente genético) y los ambientes donde éstas viven (componente ecosistémico). La finalidad de este día reside en trabajar por urgentes acciones que permitan asegurar la preservación de los sistemas ecológicas y las especies que albergan.
La demanda de acciones drásticas se explica por el creciente ritmo de desaparición de áreas naturales y extinción de especies silvestres. La información actual demuestra que en los últimos cuatro siglos han desaparecido 58 especies de mamíferos y 115 de aves. En el resto de los grupos animales y entre las plantas la información es mucho más fragmentaria, y en especial en animales poco conocidos, como los insectos, se deben haber producido muchas extinciones que han pasado desapercibidas para los científicos.
Ese ritmo de desaparición es vertiginoso. En efecto, bajo condiciones naturales el promedio de extinción era de una especie de mamíferos cada 400 años y de una especie de aves cada 200 años. Las actividades humanas han acelerado ese proceso, en particular por la destrucción de los hábitats de las especies, la introducción de contaminantes de diverso tipo, y la proliferación de especies invasoras.
El World Watch Institute recuerda que las especies inventariadas alcanzan la cifra de 1.750.000, pero algunos autores señalan que probablemente superen los 111 millones de especies, aunque la cifra media hoy se estima en 13.620.000 especies, según la biblia de la biodiversidad, el Global Biodiversity Assessment, informe de 1.140 páginas publicado en inglés por el PNUMA en 1995. Pero lo único seguro es que nadie sabe cuántas especies existen.
Entre las especies ya descritas hay 270.000 plantas, 4.300 mamíferos, 9.700 aves, 6.300 reptiles, 4.200 anfibios, 19.000 peces, 72.000 hongos (se cree que el número de especies debe superar 1,5 millones), 1.085.000 artrópodos (950.000 insectos descritos, aunque el número de especies debe ser superior a 8 millones), 5.000 virus y otras 4.000 bacterias (una ínfima parte de los más de 400.000 virus y 1 millón de bacterias que se cree que existen). Los bosques tropicales, que sólo cubren el 7 por ciento de las tierras emergidas, albergan entre el 50% y el 90% del total de las especies.
Todas estas especies requieren de hábitats específicos para desarrollar sus procesos vitales. Son esenciales la presencia de otros seres vivos, así como del soporte físico (como el suelo y el agua), que sustentan la vida. Son precisamente todos estos componentes los que se engloban bajo el concepto de biodiversidad, y para los cuales se debe asegurar su permanencia.