Compartimos con ustedes el editorial del matutino Hoy sobre la debilidad de nuestro país ante los desastres naturales.
A un territorio isleño como este, situado en el mismo trayecto del sol, pero también de los huracanes, no puede bastarle con disponer de una sólida institucionalidad, como realmente existe, para reacciones de rescates por calamidades derivadas de embestidas de la naturaleza.
Tampoco es suficiente prevención activar mecanismos de Estado y solidaridad social para los auxilios cada vez que asoma el desastre y que hasta ese momento están en otra cosa no menos importantes; seguramente en el área de inversiones públicas. que generalmente no abundan en recursos como lo indica una medición profesional al gasto de capital del presente cuatrienio, el más bajo en 70 años de historia presupuestal.
Demostración de limitaciones para la ejecución de obras y de rehabilitación de instalaciones además de un vacío de planificación. Esto obliga a improvisar reacciones contra las hostilidades sísmicas y meteorológicas que se traduce en carecer de técnicas, protocolos y de equipos en frío (a disposición 24/7) para la mitigación; una ausencia que no se resuelve con un simulacro al año.
El país requiere la creación departamental de brigadas con reserva de materiales útiles para superar incomunicaciones por destrucción de puentes y carreteras que en determinadas zonas, y por características de suelo, quedan sin capas asfálticas por riadas generándose prolongadas crisis.
Urge disponer de hospitales de campaña; siendo probable que alguno haya sido recibido como donación de países amigos y esté enmohecido en tal o cual depósito de trastos viejos. Está vigente una omisión: un tratado multilateral creó fondos de rápido desembolso disponibles para países signatarios, como República Dominicana, que sufrieran agresiones de vientos, lluvias o movimientos de capas tectónicas.
Recursos intocables mientras no haya furia contra las naciones. El mundo ha entrado en el primer lapso de las destructivas reacciones de los elementos al cambio climático. Cabe recordar una reciente nota de agencias extranjeras que describió en curso actual hacia la zona del Caribe millones de toneladas de algas tóxicas, las que anualmente arruinan playas dominicanas cada vez más severamente. Nadie en el Estado parece haberse dado por aludido.
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