Todo el pueblo estaba sumamente preocupado por el inminente paso por el país del huracán Irma, uno de los más poderosos en toda la historia, con vientos de hasta 295 kilómetros por hora y aunque las autoridades se mantuvieron alertando a la población y preparando todos los equipos de socorro y todo lo necesario para evitar daños mayores y pérdida de vidas, no podían evitar su gran preocupación.
Hubo algunos que otros insensatos que desoyeron las advertencias y se fueron a beber a lugares abiertos, inclusive a playas, entre estos hasta turistas en la zona Este, pero por voluntad del Altísimo no hubo desgracia.
Naturalmente que las lluvias y los fuertes vientos provocaron daños en la agricultura y en viviendas y otras infraestructuras, pero no de la magnitud que se esperaba y eso dentro de lo malo ha sido bueno y ya se está poniendo manos a la obra, para resolver lo que haya que resolver.
Este ocho de septiembre la Iglesia católica celebra la natividad de la virgen María y es propicia la ocasión para que por su nacimiento y por todo lo bueno que vino al mundo con la procreación en su vientre de Jesús, el Cristo, demos ¡Gracias a Dios!