En nuestro país los amantes de los diferentes deportes siempre alegan que su favorito es el que más se practica, y lo hacen, quizás como una forma de sentirse dentro de esa gran mayoría que supuestamente participa de ellos.
Del softbol siempre lo han dicho sus seguidores con el alegato de que además de competencia también es recreativo y se puede jugar a en casi todas las edades; del baloncesto por igual y hasta de las peleas de gallo, aunque no lo consideramos un deporte, sino una crueldad para con esas aves.
El juego del Dominó, su fanáticos y jugadores han llegado al extremo de compararlo con el ajedrez, que es el juego ciencia, pero nada más alejado de eso, porque en este no entra la suerte y en el poner fichas, sí.
Con los oponentes al proyecto para reformar la Constitución para permitir una nueva postulación del actual Presidente Danilo Medina, ha estado sucediendo lo mismo que si pusiéramos en fila las fichas del juego del Dominó de forma vertical.
La cantidad de senadores y diputados que se oponían, ha ido bajando paulatinamente y se espera que esa objeción sea tan mínima que cuando llegue al Congreso será como dice el refrán “un clavo pasado”.
Parece ser que al estar agrupados y puesto en fila como si fueran fichas, sólo se ha necesitado de un pequeño empujón para que todos se vayan cayendo al grupo reeleccionista como ¡el efecto Dominó!