Este fin de semana es el preludio de la Semana Santa, el viernes fue el de Dolores y este domingo recuerda la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, montado en un borrico, pero con toda la majestuosidad de un rey.
¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Vitoreaba la multitud a su paso y cortaba ramas de los árboles y las tiraban al suelo para alfombrarlo, pero pocos días después pedían su crucifixión.
La Cuaresma entra en sus días finales y los más importantes, los tiempos han cambiado y la solemnidad de antes no es ni sombra, la gente prefiere irse de playa y bebentina, olvidando la razón fundamental de estos días, la religiosidad.
Las autoridades han dado las acostumbradas informaciones de las medidas que toman para prevenir accidentes lamentables de tránsito, intoxicaciones alcohólicas y alimenticias y asfixias por inmersión por la cantidad de personas en playas y ríos.
Siempre es necesario recordar que estos días son santos y no ateos y mundanos, pero cada quien es responsable, de acuerdo a su formación, de cómo va a actuar en esta Semana Santa que va a comenzar con el ¡Domingo de Ramos!
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