Tras la adopción de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural en 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo «Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo»
El día ofrece una oportunidad de profundizar nuestras reflexiones sobre los valores de la diversidad cultural para aprender a «vivir mejor» juntos. Es la razón por la que la UNESCO apela a los Estados Miembros y a la sociedad civil para celebrar este día asociando al mayor número de actores y colaboradores.
Sitios vacíos del Patrimonio Mundial de la UNESCO, eventos culturales cancelados, instituciones culturales cerradas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, mayor riesgo de saqueo de sitios culturales y de caza furtiva en sitios naturales, artistas que no pueden llegar a fin de mes y el sector del turismo cultural muy afectado.
El impacto de la COVID-19 en el sector cultural se está sintiendo en todo el mundo. Este impacto es social, económico y político, ya que afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, los derechos sociales de los artistas y los profesionales de la creación y la protección de las diferentes expresiones culturales.
La crisis que se desarrolla corre el riesgo de profundizar las desigualdades y hacer que las comunidades sean vulnerables. Además, las industrias creativas y culturales (CCI) contribuyen con 2 250 millones de dólares americanos a la economía global (3% del PIB) y representan 29,5 millones de empleos en todo el mundo. Las consecuencias económicas de no abordar el sector cultural, y todos los servicios auxiliares, particularmente en el sector turístico, también podrían ser desastrosos.