Este popular refrán, en nuestro país no necesita de ninguna explicación con sólo decirlo, todos comprenden su significado y las ocasiones que son aptas para utilizarlo, de manera que ninguna más apropiada que la que nos sucede como país.
Las grandes potencias, como países o a través de organizaciones no gubernamentales que han creado y protegen, para usarlas como espadas, no han cesado en sus críticas a nuestro accionar como país soberano, en lo concerniente a la política migratoria.
La generalidad de los países europeos, están actuando con tal violencia contra los inmigrantes ilegales que parece como si en todo el mundo estuviéramos viviendo el holocausto de los judíos en la segunda guerra mundial.
Otros países, pequeños pero con ínfulas de grandes, como Bahamas, hacen lo mismo, sobre todo con los haitianos, y todos ellos critican lo que nosotros hemos comenzado hace un año, pero que no se parece en nada a sus arbitrariedades.
Hemos gastado más de RD$2,000 MM en un Plan de Regularización de Extranjeros y hemos dado todas las facilidades necesarias y a pesar de todo eso, ellos aún continúan con su desinformación, aunque el país ha ido a todas partes a decir la verdad, la realidad.
Lo que hacen los grandes, ellos mismos, lo entienden correcto y no lo repudian, peor lo que hacemos nosotros para ellos es casi un escándalo, y eso en buen dominicano es ¡coger piedras para los más chiquitos!