¡Cada día tiene su propio afán!

La Biblia, el conjunto de libros de la religión judía y del cristianismo, es sin lugar a dudas el que tiene más ediciones e impresiones en todo el mundo y es el referente obligado para los creyentes y para la salvación.
Hay quienes lo leen como libro de historia y de buenas orientaciones, y otros lo hacen convencidos de que en sus páginas se encuentran las formas correctas para lograr la vida eterna, siguiendo a Jesucristo.
Desde siempre se ha hablado de vivir el presente y no adelantarse a los acontecimientos, de que debemos pensar en el mañana como proyección, pero como dice el refrán “no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy”.
Estamos viviendo en nuestro país una serie de acontecimientos, que por la campaña electoral, a veces los magnificamos, no con la intención de que puedan ser resueltos, si no con el deseo de utilizarlos políticamente.
Ciertas situaciones vienen dadas desde hace mucho tiempo, por la permisividad con que hemos vivido y que con el tiempo se han agravado, entonces ahora queremos corregirlas de golpe y porrazo.
Debemos seguir aplicando los correctivos necesarios y darle tiempo al tiempo, pues las irregularidades no se produjeron de la noche a la mañana, vivamos este día haciendo lo que debemos hacer y esperemos con paciencia el otro ya que ¡cada día tiene su propio afán!