Este artículo del periodista Orión Mejía para su columna A rajatabla que publica los domingos en El Nacional es nuestro comentario de hoy.
Los economistas lo identifican como “sector externo” y los diplomáticos como “comunidad internacional”, pero ambas acepciones refieren lo que ocurre en “el extranjero”, que puede beneficiar o perjudicar a la economía o a la gobernanza de este país, ante lo cual el Gobierno debe ejecutar programas preventivos o correctivos, según las circunstancias.
Una arraigada cultura insular que proviene de nuestra condición de isla, dificulta voltear rostros hacia allende los mares, a pesar de que el mundo se ha interconectado de tal manera que el tiempo real borra espacios oceánicos y, literalmente, todas las naciones pernoctan en una misma habitación.
Lo que ocurre en estos días, sirve de ejemplo para advertir que República Dominicana figura en la línea de peligro por los tsunamis bélicos, económicos y geopolíticos que se escenifican en lugares tan lejanos como Oriente Medio, o tan cerca como Estados Unidos.
El viernes, Israel bombardeó instalaciones nucleares y militares de Irán, en tanto Teherán ripostó con el lanzamiento de centenares de drones y misiles sobre Tel Aviv, con saldo de decenas de heridos, en el inicio de otra guerra que involucraría a otras naciones de Oriente Medio.
En EUA se producen movilizaciones contra redadas migratorias, y ayer mismo en el día de su cumpleaños, el presidente Donald Trump encabezó un inédito desfile militar en Washington, después de enviar más de cuatro mil tropas a Los Ángeles para reprimir manifestaciones.
La guerra ruso-ucraniana se intensifica, en tanto que Europa se involucra en la meta de aumentar el gasto militar hasta un 5 % de su PIB, lo que ha motivado que el FMI reduzca las perspectivas de crecimiento de la economía de la zona euro.
En términos económicos, la guerra arancelaria decretada por Trump sería tan cruenta como los tsunamis bélicos, aun cuando se ha dicho que la Casa Blanca y China estarían próximo a alcanzar a un acuerdo sobre tributos aduanales, lo que no parece beneficiar a la mayoría de naciones penalizadas con “aranceles recíprocos”.
El ataque de Israel a Irán provocó un alza de más del 7 % en el petróleo y amenaza con una escalada alcista en comodities de origen agrícola, como trigo, maíz, sorgo y fertilizantes, además del encarecimiento de la transferencia tecnológica que el país requiere para su desarrollo.
Ese cuadro internacional afectaría la economía dominicana por la aplicación de un arancel del 2% a sus exportaciones a EUA, encarecimiento de la deuda pública, riesgo de reducción de la inversión extranjera directa, turismo y remesas.
No me cansare de advertir que el gobierno tiene que colocar los binoculares en dirección a tierra firme, ante los vaticinios de más tsunamis y ciclones bélicos económicos y comerciales
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