La hipocresía de los pueblos es mayor incluso que la de las personas con nuestro Plan de Regularización de Extranjeros en condición irregular en territorio dominicano a muchos pueblos se les ha visto el refajo.
Defienden al pueblo haitiano y alegan que nosotros-quienes más les hemos ayudado en toda su historia- estamos actuando de una manera inmoral e ilegal, a sabiendas de que es todo lo contrario.
Estamos ejerciendo el derecho soberano de cada país de regular la migración y de aceptar a quienes cumplen con las leyes de admisión y repatriar a aquellos que se mantienen ilegalmente en el país.
Es lo que hacen todos los países -grandes y pequeños- pero sobre todo, los grandes, que con el caso de los haitianos los defienden hasta más no poder, pero con la condición de que estén en su país o en caso contrario en República Dominicana.
Si llegan a sus territorios, los deportan sin más ni más, y no hacen caso ni les importa si se les critica, porque al saberse desarrollados y grandes, entienden que todo lo pueden y hacen lo que a otros critican.
Haití es pobre y nosotros también, pero de lo poco que tenemos, compartimos con ellos de la forma como dijera la Madre Teresa “dar hasta que duela” y nos duele! Si leemos y escuchamos todo lo que nos enrostran y como están nuestros críticos podemos darnos cuenta de su hipocresía.
¡Así que bueno es!