¡Así es la vida!

Desde siempre se ha dicho que “no hay mal que por bien no venga”, y es lo que está sucediendo en la actualidad con la caída de los precios del petróleo: Mal para los países ricos productores; bien para países como el nuestro que tienen que emplear enormes sumas de dinero para comprarlo.

El Ministro de Hacienda, Simón Lizardo Mézquita, ha revelado que por la caída de esos precios, el país tendrá un impacto positivo en su balanza de pago de unos USD$1,200 MM lo que permitirá un descenso de un 7 a un 2%.

Pero fue más lejos, al decir que se están haciendo aprestos para lograr un seguro que permita mantener la compra de petróleo y sus derivados por los próximos dos años, en los USD$50.00 en que ahora se está cotizando.

Los países productores que establecieron un estilo de vida que provocaba la envidia de los demás han visto mermar sus ingresos y han tenido que hacer lo que hacemos todos cuando nuestro presupuesto se achica: apretarse el cinturón.

No hay que alegrarse del mal ajeno, pero era necesario que los precios del petróleo no fueran tan onerosos para que pudiéramos tener cierta holgura presupuestaria, además “para que la muerte llegue a mi casa, que vaya a la tuya”, ¡así es la vida!