Esta es una frase que hace tiempo venimos escuchando, pero que no se sabe a ciencia a cierta quien ha sido su creador, se usa para significar malas actuaciones de personas que por sus labores o investiduras pueden ser tomadas en cuenta para figurar en los libros.
Con esto se quiere decir que en el quehacer diario lo importante no es como usted comienza, sino como termina, y esto se le da de consejo a todo aquel que comienza en un trabajo, por aquello de las cartas de recomendación para futuros trabajos.
Hace ya cierto tiempo que el Instituto Duartiano e historiadores dominicanos vienen pidiendo que los restos de Pedro Santana sean sacados del Panteón Nacional y llevados a enterrar al cementerio del pueblo donde nació para que no estén junto a próceres a los que traicionó y a algunos hizo fusilar.
Este dieciséis de agosto, Día de la Restauración, el presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez volvió a hacer la petición diciendo que: “sus acciones (las de Pedro Santana) y crueles fusilamientos no le hacen merecedor de estar junto a los patriotas que lucharon hasta el final por el mantenimiento de la Independencia Nacional”.
Pedro Santana es el gran vencedor en la Batalla de Las Carreras, pero dañó su legado tan pronto asumió la Presidencia de la naciente República y siguió actuando mal hasta llegar a producir la anexión a España a tan solo diecisiete años de la Independencia, es decir, desbarató con los pies lo que había hecho con las manos y por eso lo que merece es ir ¡Al zafacón de la Historia!