No hay que desesperar todo tiene su tiempo ayer llegó el día y comenzó un proceso que va para largo, se leyó la sentencia de las medidas de coerción a los implicados en el sonado caso Odebrecht en nuestro país y como es natural nadie quedó conforme.
Unos, prisión preventiva con duración diferente, otros, prisión domiciliaria y los legisladores garantía económica e impedimento de salida, la lectura duró tres minutos, pero fue el inicio de lo por venir, en veinte días o menos la apelación de la sentencia por parte de los afectados.
Y después de eso el tiempo para prepararse, el Ministerio Público para elaborar un expediente acusatorio que no se caiga en el juicio de fondo y la defensa de cada inculpado con la obligación de demolerla para lograr la libertad y limpieza de sus nombres.
El país está dividido en cuanto a lo sucedido, unos dicen que faltan más implicados, aunque sin pruebas para decirlo, solo por deseos de cada quien y otros aseguran que es una maldad a los que han sido acusados, lo cierto es que ya todo comenzó pero ¡Ahora es que falta mambo!