¡Agua nana, agua tata!

Cuando los poemas eran grabados por declamadores y las emisoras los tocaban de manera normal como una canción cualquiera, el que titula nuestra opinión de hoy era uno de los más populares en la voz del argentino Indio Duarte.
El Pdte. Danilo Medina al ser juramentado el pasado 16 de agosto para un segundo mandato consecutivo, en su discurso anunció que este sería el cuatrienio del agua y tan pronto comenzó sus labores, así lo ha demostrado.
En dos visitas sorpresa que ha hecho, sobrevolando montañas, ha advertido que todo el que sea atrapado talando árboles será encarcelado y lo ha dicho y repetido para que todo el país esté consciente de que no habrá excepción a la regla.
Lo que está en juego es el futuro de la patria, con la deforestación llega la hambruna, porque no habrá agua y sin agua no hay producción de alimentos y sin alimentos no hay vida, por tanto, el gobierno invertirá miles de millones de pesos para que la reforestación sea hecha por las comunidades.
Sabemos que el poema no trata específicamente así el asunto del agua, sino la carencia de dinero para tratar a un niño pobre afectado por una fiebre alta que le calcinaba por dentro y que le hacía pedir a gritos ¡Agua nana, agua tata!