Parece ser una locura colectiva, no hay explicación posible para la cantidad de crímenes horribles, matanzas sin sentido que se ha apoderado de la población mundial, claro, no toda, pero un porcentaje que asombra.
Las muertes por desamor han llenado y llenan las páginas y los minutos de los medios de comunicación, parejas despechadas que no aceptan que el amor acaba y con la idea siniestra de mía o de nadie, asesinan incluso a los niños.
Ya no tan sólo ocurren los feminicidios, ahora, aunque en menor medida hay también lo que podríamos llamar masculinicidios, los celos están llevando a un túnel trágico y sin salida, que nos recuerda una parte de las letras que titulan nuestro comentario:
♪ Humanidad Hasta dónde nos vas a llevar Por tu trágico sino Cuál será mi destino.
Humanidad Yo de sangre te he visto teñir Pobrecito del mundo Pobrecito de mí♪
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